Soy Manuel A. Paz y Miño y les doy la más cordial recepción a blog de temas de ética aplicada a la vida cotidiana. También escribo en los blogs "Filosofía Aplicada", "La Razón y lo Paranormal", y "La Razón y la Religión". Correo-e: mapymc@yahoo.com. Celular: +51-993924560
sábado, 4 de mayo de 2013
El racismo en el Perú
Ya sea en la casa, el colegio, el transporte, etc. hay peruanos, chicos y grandes, hombres y mujeres, que se expresan de sus congéneres de distinto color de piel llamándolos sea de forma insultante o agresiva: “Serrano, indio, chola, negro, zamba, chino, chuncho, blancona de m…, etc.” o también de forma “cariñosa” o diminutiva: “cholito”, “zambito”, “chinito”, “blanconcita”, etc.
Los peruanos se inician en el racismo en casa cuando sus padres les impiden a sus hijos juntarse con niños distintos a ellos o peor aún los mayores se refieren a tales menores despectiva y despreciativamente. Ya en el colegio los pequeños iniciados en el racismo por sus progenitores repiten lo aprendido. Luego lo hacen abierta o solapadamente en la universidad o instituto y después en el centro de trabajo.
La publicidad y la programación en los medios son racistas cuando nos presentan estereotipos raciales y estéticos, distintos al predominante en el Perú, como los más deseados a ser alcanzados. Peor aún en los concursos de belleza difícilmente ganará una chica con rasgos andinos--aunque una de facciones negroides ya ganó, pero su reinado fue efímero.
¿No vemos todos los días en la televisión pública o privada presentadores de cierta predominancia racial? ¿Son mayoría las recepcionistas de facciones cobrizas en las instituciones estatales o empresas particulares? ¿No es acaso racismo el no promover una educación que incluya la lengua y la cultura autóctonas? ¿No es racista no fomentar, ya desde la conquista española, una vida digna para la mayoría de los peruanos, especialmente los del interior del país?
Entonces si en verdad no deseamos ser un país racista, discriminador, privilegiador de unos y despreciativo de otros debemos empezar por cambiar nuestra educación, nuestros valores, lo que vemos y oímos en nuestros medios de comunicación, nuestro lenguaje, nuestra manera de relacionarnos los unos a los otros. Porque no solamente hay discriminación racial sino que además existe una de tipo social y económica donde ya no es solo el color de piel lo que es más importante: uno vale más cuanto más dinero tenga y cuentan más las recomendaciones de los conocidos que las propias capacidades.
Peor aún: es más grave que el racismo cuando se atenta contra la dignidad y los derechos humanos al explotar al prójimo haciéndole trabajar más de 8 horas diarias sin reconocerle las horas extras ni sus beneficios laborales, pagándole sueldos de hambre o demorar semanas y meses en hacerlo, no considerarlo un igual, un ser humano.
(Tomado de http://www.facebook.com/notes/manuel-abraham-paz-y-mi%C3%B1o/el-racismo-en-el-peru/637286496287290)